Guía paso a paso para mantener las tarimas de madera exteriores sin problemas
Utilizamos sobre todo variedades de roble europeo procedentes de zonas forestales gestionadas de forma sostenible. La madera de roble es muy resistente debido a su dureza, es relativamente insensible y apenas cambia su forma. Gracias a su textura, admite una inagotable variación de color natural.
Las tarimas de madera exteriores son una buena opción para decorar tu terraza o jardín, pero es importante tener en cuenta algunos consejos para evitar problemas.
Elige una madera adecuada para exteriores, como el ipe, el jatoba, el cumaru o la teca.
Prepara la superficie sobre la que vas a instalar las tarimas, asegurándote de que esté nivelada y libre de obstáculos.
Coloca las tarimas con una pendiente mínima del 1,5% hacia el exterior para facilitar el drenaje del agua.
Aplica un tratamiento protector a las tarimas para protegerlas de la humedad, los rayos UV y las plagas.
Siguiendo estos consejos, podrás disfrutar de tus tarimas de madera exteriores durante muchos años.
¿QUÉ NECESITA? La única herramienta que necesita es un martillo, una sierra con dientes finos (manual o de vaivén), un metro plegable, un lápiz, un cable tensor (cuerda o viento) a lo largo de la estancia y un kit de montaje (taco con martillo y cuñas). Cola para madera si se monta flotante con macho y hembra (machihembrado). Cola y espátula en caso de montar encolado a la base.
El Parquet como la Tarima Maciza son las opciones más populares para de los Suelos de Madera. Son duraderas, resistentes a la humedad y son naturales. Sin embargo, hay dos tipos principales acabados: al aceite o con barniz .
INFORMACIÓN GENERAL: De cara a garantizar una instalación experta, han de seguirse correctamente todas las instrucciones y recomendaciones.
Bueno, pues casi nadie lo sabe y es por esto que en este video te mostraré la forma fácil de verlo y que te ayudará un montón inclusive si no sabes nada de suelos.
La madera termotratada es aquella madera que se somete a un tratamiento térmico, es decir, a altas temperaturas (190°C y 230°C). Este tratamiento que se realiza en ausencia de oxígeno y de componentes químicos, consigue alterar las propiedades internas de la madera.
